Construyendo un futuro sostenible: La relevancia de las certificaciones ambientales en edificaciones
Marzo, 2024. Arq. Marco Chacón
En un mundo cada vez más consciente de los retos ambientales que enfrenta el planeta, la construcción sostenible se ha convertido en una prioridad urgente. Bajo este contexto, las certificaciones ambientales para edificios han surgido como un aliado que guía a la industria hacia prácticas amigables y respetuosas con el ambiente. Más allá de la etiqueta de una edificación certificada, sellos como LEED, Edge o Well se convierten en herramientas importantes que impulsan la transformación de los entornos que habitamos.
Las certificaciones ambientales dictan una guía clara y coherente para evaluar la sostenibilidad de un edificio y su mejora ambiental. Al establecerse rangos de medición en áreas específicas como gestión de residuos, eficiencia de sistemas, calidad del aire interior, entre otros, estos sistemas de evaluación ambiental se transforman también en una hoja de ruta para diseñadores y constructores que desean crear edificios amigables con el medio ambiente.
“Los distintos métodos de certificaciones ambientales no solo sirven de guía en el proceso de diseño y construcción, sino que también aseguran un resultado medible para el rendimiento del edificio”.
Este tipo de certificaciones son un importante catalizador para promover la constante innovación e investigación en la industria de la construcción. Al aplicar altos estándares y fomentar prácticas vanguardistas, estas certificaciones alientan a los distintos profesionales a buscar soluciones que impulsen el rendimiento ambiental de los edificios. Desde materiales de construcción de bajo impacto hasta sistemas de energía renovable, el proceso de certificación de cada edificio es un paso más en el camino hacia una sociedad más sostenible.
Desde el punto de vista del inversionista estas certificaciones no solo representan un compromiso con el medio ambiente, sino que también dan un valor agregando al proyecto, volviéndose atractivo para una sociedad en donde la conciencia ambiental cobra cada vez más relevancia. Además, se convierte también en una estrategia en la que gracias a la eficiencia energética de los distintos sistemas que componen el edificio, se reducirán costos operativos a futuro.
“El futuro de estas certificaciones es alentador. Conforme la conciencia ambiental se arraiga con más fuerza en la sociedad, la demanda de edificios sostenibles se mantendrá en aumento”.
Pero quizás lo más importante, es el impacto tan significativo que tiene en la salud humana habitar un edificio sostenible; ocupar un espacio que fue diseñado con el fin de promover un ambiente interior saludable, una adecuada calidad del aire, de iluminación y de temperatura, no solo incrementa el confort de sus usuarios, sino que también contribuye a reducir riesgos de salud relacionados a toxinas químicas y contaminantes ambientales. Bajo este escenario y en una época en que somos cada vez más conscientes de la importancia del bienestar físico y mental, las edificaciones sostenibles se convierten en un entorno seguro y saludable para quienes lo habitan.
En conclusión, las certificaciones ambientales para edificios son mucho más que solo un reconocimiento, son herramientas fundamentales para construir un mañana más sostenible y resiliente, protegiendo nuestro planeta para las futuras generaciones.